24 marzo 2008

Probidad y año electoral: la suerte está echada

Todo está allí para que cuadre y se entrecruce. Todo pareciera indicar que hay corrupción en el tema de las licitaciones del Registro Civil. ¿Y si no la hay?

El ministro de Justicia Carlos Maldonado ya denunció al Ministerio Público que habían lobbystas involucrados y que se manipuló la base de datos del orgenismo encargado de mantener las identidades de los vivos y los muertos.

Políticamente el Gobierno quiso dar una señal de que cualquier falta de probidad será castigada con la cimitarra. Su idea es bajar la temperatura a la acusación constitucional en contra de la ministra de Educación, Yasna Provoste en la Cámara, ya que la derecha alabó el descabezamiento .

En todo caso la determinación de La Moneda encierra un doble vínculo, y es que los funcionarios estatales podrían estancar una serie de propuestas y proyectos, en el entendido de que pueden pagar justos por pecadores en materias similares.

Queda claro que el apresuramiento del gobierno en la materia también tiene dobles lecturas, aunque todo parece indicar que la investigación que lleva el fiscal Centro Norte Iván Millán podría quedar en nada y que se trata más bien de una guerra sucia entre empresas. Si se cumple este presagio, quedará la sensación -aún más concreta- de que la improvisación, a corto y a largo plazo son apuestas negativas.

Y en otro tema de la probidad, la ministra de Educación decidió responder por escrito a la Comisión de Acusación. Mala elección sin duda. Dar la cara en este tipo de materias siempre es lo lógico, aunque se trate de una estrategia para bajar temperaturas.

El panorama político de la probidad en año electoral siempre depara sorpresas.